martes, 1 de mayo de 2018

La Cueva de Las Brujas (part. II).



Hoy hacemos mención a un conjunto anexo a nuestra última publicación; 'La Cueva de las Brujas' en la actual isla de Gran canaria.


Pero... ¿Por qué este nombre? se trata de una cueva pintada pero muy deteriorada por la humedad, que posiblemente responda a un uso ritual o similar.


Las crónicas citan a las antiguas mujeres canarias como las encargadas de decorar las cuevas con pinturas, así lo describe Torriani: 


'Los canarios tenían entre ellos oficiales de hacer casas debajo y encima de la tierra, carpinteros, sogueros que trabajaban con yerbas y con hojas de palma y preparaban las pieles para vestidos. La mayor parte de estos oficios los hacían las mujeres, así como la pintura, no de figuras humanas ni de animales, como se usa entre nosotros, sino trabajos para hermosear el interior de las casas y adornarlas' [Torriani (1590) 1978: 112-113].


Antiguamente todo era considerado como algún tipo de brujería el hecho de no poder dar explicación a determinadas acciones o conductas. ¿Tal vez se llevaron prácticas en esta cueva... por parte de las mujeres? evidentemente esto no se puede asegurar hoy.


El conjunto que nos ocupa hoy va anexo a esta cueva, y acceder a ambos conjuntos es muy peligroso.


Se trata de 3 silos excavados, pequeños, de aprox.1,20m de altura pero profundos, alguno de ellos presenta extraños canales en su interior, pero en el exterior de las mismas también es posible localizar pequeñas cazoletas conectadas a canalillos, Así como cazoletas en las entradas y con marcas de cierre. 


Según la tradición oral de un barrio cercano... hace muchos años aquí vivió un señor que elaboraba quesos, reutilizando este conjunto para guardar ganado. La orografía del lugar ha cambiado y como decimos acceder a ello es jugarse la vida.


¿Pero qué era este lugar en su origen? ¿Qué función le dieron los antiguos canarios a este espacio? ¿Acaso tuvo como destino almacenar alimentos? ¿Qué relación tiene este conjunto con la 'Cueva de las Brujas'? 


Son muchas preguntas y pocas respuestas, siendo evidente la complejidad de una cultura... en la que aún parece que estamos arañando la primera capa.


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