martes, 1 de mayo de 2018

Desaparece poco a poco el poblado de Tara, Guanartemato de Telde.



Lugar de gran interés arqueológico y en lamentable estado de conservación, el poblado de Tara fue uno de los núcleos más importantes el Guanartemato de Telde y muy probablemente morada de la realeza de los antiguos canarios, la tradición oral recuerda la cueva más importante del yacimiento como la “Cueva del Faycan Guariragua”, actualmente se encuentra en propiedad privada y es de las pocas del conjunto que presenta un buen estado de conservación, de tipología muy similar a la cueva de Risco Caído y otra de las más importantes del conjunto conocida por los lugareños como la “Cueva de los Guayres”.



(En relación a Telde) Esta es una ciudad muy pequeña, de trescientos fuegos, situada cerca de un río y a poca distancia de dos grandes poblaciones antiguas, que en lengua canaria se llaman Tara y Sendro; las cuales afirman los antiguos ( y también se demuestra así por su ruinas) que eran de grande superficie y llegaban a número de catorce mil casas. Una parte de ellas, hechas en lo alto, sobre el suelo, pequeñas, redondas y con estrechas calles, eran para los pobres; y otra parte, bajo tierra, labradas con suma industria, como se ha dicho en otro lugar, eran de los nobles y de los más ricos. (Torriani, 1592:169)



Cada grupo de viviendas, según he indicado, tenía un cementerio especial: el de Telde se hallaba donde dicen el Roque, sitio lleno de escorias volcánicas llamadas entre nosotros, mal-país: el de Cendro en los arenales que dicen de la Primavera; y el de Tara en los lomos del mismo nombre. (Chil Naranjo, en Revista El Museo Canario-Enero 1899 nº58:9)



Se encontró en las excavaciones realizadas por Sebastián Jiménez Sánchez abundante material arqueológico como tres betilos, dos de ellos estaban realizados en basalto y contaban con una cara aplanada, el tercero, de corte más complejo, está tallado en una toba rosácea. En este último podemos apreciar unos claros trazos antropomórficos que señalan la boca, la nariz, los ojos y las mejillas de un corte geométrico.


También se encontró, en el mismo terreno, un ara: una enorme losa fonolita con un huevo tallado en su centro. Se trata según Pedro Hernández Benítez, de una clara llamada a la fecundidad: el huevo como símbolo del renacer, como principio de la vida.


Aparecen otros restos de menos calado en las tierras de Andrés Calderín como molinos de piedra, trozos de cerámica en abundancia, pintaderas, idolillos, tahonas, hachas etc...


Actualmente el yacimiento se encuentra en un pésimo estado de conservación, lleno de basura, desprendimientos, cuevas apuntaladas e incluso encontramos un vehículo en el interior de una de ellas, la situación del lugar es alarmante y se trata de uno de los lugares más importantes de la época precolonial de Gran Canaria, nuestra historia se muere. Salvar Tara!!



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