Mi bisabuelo (Francisco Montesdeoca Suárez) era mecánico de pozos y de la flota de vehículos de David Leacock "Mr Leacock"; y durante los trabajos de canalización e instalación de unas bombas en la zona de El Agujero (según me contaba mi abuelo), se dieron cuenta de la extraña orografría del terreno, percibiendo que aquellos "montículos de arena y piedras no eran normal", procediendo una cuadrilla de hombres a excavar la arena y viendo la dimensión de "aquellas piedras", según me contaba mi abuelo su padre intuyó que aquello "podría tratarse de restos de los antigüos".
Mi bisabuelo estaba acostumbrado a lidiar en temas de arqueología; ya que al ser el propietario de los terrenos en donde se encontró la cueva pintada de Gáldar; según mi abuelo, "era contínuo el trasiego de gente del Museo Canario...y demás buscadores de "tesoros"". Dicha casa y terreno perteneció a mi abuelo hasta que se expropió.
Según la "memoria oral" por parte de mi abuelo y tías abuelas (hoy todos fallecidos)...nos contaban que mi abuelo se agenció una cámara de fotos y quiso documentar la excavación.
Era un adelantado a su tiempo, y ya era consciente del hecho de que había que preservar y proteger los restos aborígenes. En la primera foto se puede ver el cartel que instaló en el yacimiento, que es muy similar a otro que puso en la entrada a la Cueva Pintada de Gáldar.
Estas fotos estuvieron unos 80 años metidas en un cajón en la casa de mi abuelo Juan Montesdeoca Franco, en Gáldar, hasta que las descubrimos.
Como dato curioso, en la tercera imagen, se nuestra una cista donde la persona que estaba depositada medía 2,10 metros de los pies a la cabeza, se supone que era un jefe de clan o alguien importante ya que la cista estaba toda forrada en madera.
Especial agradecimiento de Don Mario Gironés Montesdeoca por su amabilidad y generosidad, y como no, a Don Francisco Montesdeoca Suárez, por su sensibilidad con nuestro legado y afán de protección y conservación hace ya casi 90 años, ya que sin él, estas fotos jamás las habríamos conocido.
¡Interesantísimo documento de la sensibilidad de un hombre. Muchos poderosos de nuestras islas no la han tenido ni la tienen. Enhorabuena por esta publicación. ¡Esto es historia de <Canarias, seamos o no descendientes de la raza guanche!
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