Yacimiento excavado en el promontorio que forma parte del barrio de San Francisco, se trata de un lugar de culto o almogarén de los antiguos canarios, formado por cuevas muy reutilizadas además de cazoletas y canalillos, también encontramos dos estructuras labradas orientadas al Norte de dificil interpretación.
Según la tradición, fue escenario de aquelarres, de reunión de adoradores de Satanás, donde el bailar de las brujas o el balar del supuesto macho cabrío transformaba la zona en un trozo del infierno.
Aunque el yacimiento se encuentra en lugar privado, lejos del alcance de indeseables, cabe destacar el abandono y su penoso estado de conversación.